Para dar uso a tus documentos en el extranjero es necesario que primero los certifiques. Esto te ayudará a obtener la validación de un documento por una autoridad extranjera.
Podría sonar complicado, pero no lo es. Imaginemos el siguiente escenario: decides casarte y empezar una vida en Alemania, Brasil, o en China, donde gustes. Pero la autoridad de ese país receptor, no tiene forma de comprobar que tus documentos son legítimos.
No puede asegurar que tienes la nacionalidad que dices tener, o que estás casado, o que tienes cuentas bancarias y la estabilidad financiera para mudarte e iniciar tu nueva vida en ese otro país.
Entonces ¿cómo consigues la validación de un documento por una autoridad extranjera? Sencillo, solicitando las apostillas de tus documentos probatorios.
Razones para apostillar tus documentos
Seguramente ya lo sabes, pero tus documentos carecen de valor a menos que exista alguna autoridad que los respalde.
Por ejemplo. De nada sirve un certificado de preparatoria si éste no cuenta con el aval de alguna autoridad educativa. Las universidades no permitirán tu ingreso a menos que puedan comprobar que tienes la preparación suficiente.
Y cuando vas a presentar un documento en otro país, porque deseas estudiar ahí, vivir ahí, abrir alguna cuenta bancaria, o realizarte algún tratamiento médico, lo más probable es que te soliciten una apostilla para verificar que tus documentos no son apócrifos.
¿En qué consiste la validación de un documento?
La validación de un documento ofrece la garantía de que el papel que presentas fue emitido por la autoridad que está facultada para ello.
Por ejemplo, una credencial electoral en México debe ser validada por el Instituto Nacional Electoral.
Una acta de nacimiento, que fue expedida por el registro civil, debe tener sellos y firmas de la autoridad emisora. Y ésta debe tener el registro de la existencia de este documento.
Apostillar significa certificar que un documento es verdadero y por lo tanto válido.
¿Qué características debe tener un documento para ser validado?
Por lo general deben llevar sello y firma de la autoridad emisora. Deben ser verificables en algún sistema o base de datos de esa dependencia. Y deben estar dentro de una fecha de vigencia, pues los documentos también vencen y deben ser renovados.
Para validar un documento es posible apostillarlos con la misma autoridad que los firmó y selló. Si se trata de un documento emitido por una autoridad federal en México, será tarea de ese mismo gobierno emitir su apostilla.
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